El mito de Apolo y Dafne

¿Conoces el mito de Apolo y Dafne? Fíjate en la siguiente imagen, e imagina qué puede estar sucediendo.

Apolo y Dafne, John Wiliam Waterhouse (1908)

Clica en la imagen para saberlo y para acceder a información sobre el mito en Wikipedia.


Muchos autores han elaborado poemas que tienen como tema este mito: Garcilaso de la Vega ("Soneto XIII") y Francisco de Quevedo ("Apolo siguiendo a Dafne" y "A Dafne, huyendo de Apolo") son ejemplos de ello:




SONETO XIII

 A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían:

de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!


Apolo siguiendo a Dafne


Bermejazo platero de las cumbres,
a cuya luz se espulga la canalla:
la ninfa Dafne, que se afufa y calla, 
si la quieres gozar, paga y no alumbres. 

Si quieres ahorrar de pesadumbres,
ojo del cielo, trata de compralla:
en confites gastó Marte la malla,
y la espada en pasteles y en azumbres. 

Volvióse en bolsa Júpiter severo;
levantóse las faldas la doncella
por recogerle en lluvia de dinero.

Astucia fue de alguna dueña estrella,
que de estrella sin dueña no lo infiero:
Febo, pues eres sol, sírvete de ella.


A Dafne, huyendo de Apolo

"Tras vos, un alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol, ¿y vos tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
pues vais del Sol y de la luz huyendo. 

Él os quiere gozar, a lo que entiendo,
si os coge en esta selva tosca y ruda:
su aljaba suena, está su bolsa muda;
el perro, pues no ladra, está muriendo. 

Buhonero de signos y planetas,
viene haciendo ademanes y figuras,
cargado de bochornos y cometas."

Esto la dije; y en cortezas duras
de laurel se ingirió contra sus tretas,
y, en escabeche, el Sol se quedó a escuras.





No hay comentarios:

Publicar un comentario